viernes, 6 de marzo de 2015

Como controlan nuestras mentes los Supermercados

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A todos los morros nos encanta ahorrar algo de varo cuando vamos al supermercado. Los compradores inteligentes son aquellos que buscan descuentos y están al día de las últimas ofertas para, cuando consideren que es el momento más oportuno, realizar sus compras. Compran de acuerdo a una estrategia y siguiendo un plan. Pero puede ser que no hayas caído en que los supermercados también tienen sus propios planes y artimañas. 


Desde el aroma del pollo asado a la emoción que provocan ciertas ofertas, aquí les dejamos 15 maneras en las que estamos siendo engañados para gastar más dinero cada vez que acudimos al supermercado: 

La colocación de los artículos en los estantes 
Los productos que más interesa vender a los supermercados están colocados a la altura de los ojos del cliente. Las marcas más caras ocupan la parte superior de las estanterías, mientras que las más económicas están en la parte inferior. Además, Los productos destinados al público infantil, como los cereales, están colocados a la altura de los ojos de los más pequeños para que estos puedan pedirlos. 

Pares de productos caros 
Con esto nos referimos a que cuando vamos a comprar, por ejemplo, una bolsa de nachos de una marca cara, no tenemos la necesidad de buscar la salsa que queremos porque siempre la encontraremos cerca de los nachos. Sin embargo, tenemos que cambiarnos de pasillo cuando queremos buscar una marca blanca, que estará con el resto de salsas. 

Estos artículos “premium” se colocan estratégicamente juntos, sugiriendo al cliente que compren el par que, por norma general, suele salir mucho más caro. 

Una estructura manipulada 
La mayoría de las tiendas de comestibles están diseñadas para que encontremos los productos sanos casi al principio del recorrido. No obstante, los aperitivos, chocolates y snacks suelen encontrarse en las estanterías del final. Esto sirve para que los clientes que han seleccionado cosas sanas se sientan justificados a la hora de seleccionar los aperitivos. 

Además, los supermercados distribuyen estratégicamente los productos esenciales para que los compradores tengan que pasar por todos los pasillos. Así se aseguran de que, durante el recorrido, caiga algo más. 


Pasillos estrechos 

Incluso cuando un pasillo no está lleno de clientes, a veces resulta prácticamente imposible maniobrar nuestro carro para dar la vuelta. Esto obliga al cliente a continuar su travesía a lo largo del pasillo y dar la vuelta en el extremo opuesto.Incluso cuando un pasillo no está lleno de clientes, a veces resulta prácticamente imposible maniobrar nuestro carro para dar la vuelta. Esto obliga al cliente a continuar su travesía a lo largo del pasillo y dar la vuelta en el extremo opuesto. 

Seguimiento a través de las tarjetas de compra del supermercado 
Muchos supermercados incluyen una tarjeta de compra con la que podremos beneficiarnos de sus descuentos exclusivos. Lo que muchos no saben es que cuando pasamos esta tarjeta por caja, le estamos dando información al supermercado de todo aquello que compramos. Información que utilizan para ver la efectividad de sus promociones y su estrategia. 

Muestras gratuitas 

A todos nos gustan las cosas gratis, pero hay que tener en cuenta que suelen exponerse a las horas en las que los clientes puedan sentir hambre. Además de ralentizar nuestra compra, pueden provocar que al final acabemos comprando un producto que no llevábamos apuntado en nuestra lista. 

Ventas falsas 

En algunas ocasiones se publicitan artículos que en realidad no están a la venta. También se ponen precios en grandes carteles para que pienses que estás llevándote una buena oferta, cuando en realidad, si prestas atención, muchas veces el precio no es distinto del habitual. 


Frutas y verduras ya cortadas 

Claro que es mucho más fácil comprar una bolsa de ensalada ya cortada y mezclada pero se ha demostrado que estos productos suelen salir mucho más caros que los artículos enteros. 


Productos de las cajas 
Los supermercados ponen los productos de compra por impulso como caramelos, chicles, etc., al lado de las cajas, de tal forma que mientras estamos esperando la cola durante un buen rato, nos de tiempo a echarle un buen vistazo a los productos. Muchas veces, nuestra parte racional se retira y cedemos a la tentación. 

Carros de la compra más grandes 
Podríamos elegir cestas, pero muchas veces no tienen ruedas, por lo que, aunque vayamos a comprar cuatro cosas, al final acabamos empujando el carro por todo el supermercado. Por si no lo habias notado, los carritos son cada vez más grandes y nosotros tendemos a llenarlos. 

“Hemos duplicado su tamaño como prueba, y los clientes compraron un 19% más”, explicó Martin Lindstrom , consultor de marketing y autor de Brandwashed: trucos que las empresas utilizan para manipular nuestras mentes y persuadirnos para que compremos. 

Llovizna en los productos frescos 
Los productos frescos deberían ser solo eso, frescos. En muchos supermercados es habitual encontrarse con que muchos estantes pulverizan con agua las verduras, para dar la impresión de que estamos recibiendo el producto más fresco del mundo.


El olor de una venta 

La mayor parte de los supermercados sitúan las secciones como la panadería, comidas elaboradas o floristería a la entrada del establecimiento para que el consumidor encuentre estos productos cuando su carrito está todavía vacío y su estado de ánimo está en buena forma.


Ofertas engañosas 

Los supermercados están plagados de ofertas engañosas. A veces, tan engañosas, que incluso son falsas o inexistentes. Los vendedores camuflan los precios bajo ofertas del tipo “segunda unidad a mitad de precio”, aunque también son muy memorables el 3×2 y el 2×1, que nos incitan a comprar productos de manera impulsiva que no necesitamos. 

Por eso ya saben morros, compren con conciencia ahora que saben esas pequeñas trampas.


tonayaneros

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