Michael Jackson visitó Hungría en agosto de 1994 junto con su entonces esposa Lisa Marie Presley. La agenda de Michael estaba más que completa, pero Michael y Lisa encontraron tiempo para la caridad. Visitaron varios hospitales infantiles, incluyendo el hospital Beteshda. Michael y Lisa llegaron con un montón de regalos. Casi de inmediato, les llamó la atención un niño que estaba caminando en el pasillo del hospital. Había otros niños, pero preguntaron por qué ese chico estaba tan amarillo. Los médicos les dijeron que Bela tenía una enfermedad congénita del hígado, que los padres lo habían abandonado y el chico vivía desde su nacimiento en el hospital. La enfermedad era incurable y sólo con un trasplante de hígado tendría una oportunidad de vivir. Tal operación se podía hacer en Bruselas y los médicos húngaros habían acordado todo, pero todavía el dinero de la Caja del Seguro de Salud del Estado para operarlo no se había recibido.
Michael pregunto: "¿Va a morir?"
Los médicos respondieron afirmativamente, y Michael, sin reflexionar respondio, "Yo pagare todo".
Los médicos respondieron afirmativamente, y Michael, sin reflexionar respondio, "Yo pagare todo".
(Pueden ver al niño, en brazos de Michael)
Y Michael Jackson no sólo se lo prometió. Pocos días después Bela viajó
a Bélgica acompañado por la doctora Maria Acnes y la enfermera Esther. Seis
meses más tarde, gracias a la intervención de Michael, Bela encontró un donante
adecuado. Un adulto en estado de muerte cerebral. La operación fue realizada el
11 de marzo 1995, seguida de cinco meses de tratamiento y 9 años de revisiones.
Durante todo este tiempo, la Dra. Cser Maria Acnes estaba en comunicación
directa con Michael. Ella conocía el número de teléfono de Michael Jackson,
pero nunca se jactó de ello y nunca lo utilizó con fines personales. El estado
de Bela debía ser informado personalmente a Michael o a su equipo.
Cuando la exitosa operación terminó, Michael envió a Bela un enorme oso de peluche a tamaño real. Hoy en día, la Dr. Agnes recuerda los acontecimientos de aquellos días y con confianza dice: Michael salvó la vida de Bela. Tarde o temprano, el
dinero de la Caja del Seguro de Salud vendría, pero los pacientes como Bela
libran una batalla contra el tiempo porque en el curso de la enfermedad
hepática puede producirse daño cerebral e incluso retraso mental severo. Si el
paciente sigue vivo, a medida que pasa el tiempo menos posibilidades tendrá de
disfrutar de una vida plena. Bela está completamente sano y ahora es cocinero.
Bela en 1994 no fue
la última. En 1996, Michael Jackson llegó a Budapest, esta vez para realizar un
concierto allí. Quería reunirse con Bela y que el niño fuera a su concierto.
Michael les envió su coche y les reservó dos habitaciones al lado de su
habitación en el hotel "Kempinski" a Bela y a su nueva familia (sus
padres adoptivos). En aquellos días, la Dra. María Agnes pasaban mucho tiempo,
más de una hora, hablando con Michael. Para María no existía barrera verbal
porque ella había vivido muchos años en Inglaterra y sabía hablar perfectamente
inglés.
Hablando con Michael, la doctora pudo ver que él era
amable, inocente y capaz de tener sentimientos profundos y sinceros hacia los
niños.
Al igual que muchas otras personas, la doctora de Bela
está segura de que nadie conoció a Michael Jackson realmente. La mayoría de la
gente lo utilizó para sus propios fines egoístas, como aquellos que lo acusaron
de ser un pedófilo. La Dra. Maria Agnes y Bela hablaron mucho de Michael a
través de los años y su muerte conmocionó profundamente a los dos. Bela se negó
a dar entrevistas o participar en programas. A través de su doctora entregó las
siguientes palabras para los periodistas:
Yo sé quién fue Michael Jackson y sé que le debo mi vida.
En conclusión, la Dra. Maria Agnes agregó
En todo el mundo, finalmente, la gente pensará en cómo
maltrataron injustamente a un hombre que hizo mucho por todos nosotros en esta
tierra
El joven de las fotos es Bela Farkas, el niño al que
conoció Michael en 1994 en Budapest mientras visitaba un hospital. Nunca antes
había concedido una entrevista. El niño, por entonces, necesitaba un
transplante de hígado pero en ese momento no se hacían ese tipo de operaciones
en Hungría y eran demasiado costosas fuera del país. Cuando Bela nació sus
padres le abandonaron, así que no tuvo opción de conseguir el dinero. Cuando
Michael visitó el hospital preguntó porqué el niño estaba tan delgado y
amarillento y le explicaron la situación. Inmediatamente dijo que pagaría la
operación y el tratamiento. No sólo pagó la operación sino el tratamiento necesario
posterior y estuvo enviándole regalos regularmente. Poco después de la
operación fue adoptado y creció en una familia cuyos padres sí le querían.
Cuando Michael viajó a Hungría para el Hisroty tour, volvió a encontrarse con
Bela. El niño le dijo: "Para mí es como si fueras mi
padre." Michael sonrió y le dijo: "Entonces tú
eres mi hijo". Ambos mantuvieron el contacto hasta el
fallecimiento de Michael. Michael le enviaba tarjetas y regalos por su
cumpleaños y Navidad y Bela le enviaba dibujos y fotos. Cuando falleció
Michael, Bela lloró como si hubiera perdido a su padre. Ahora tiene 24 años y
se acaba de convertir en padre de una saludable niña. Dijo que los doctores
predijeron que no viviría más allá de los 18 años y ahí le tenemos con 24 y
sano. Está muy agradecido a Michael y está seguro de que él está en el cielo
ahora.

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